Aún no hablaba, pero era el Consejero admirable;
no andaba, pero era el Dios fuerte, que movía el universo;
se presentaba indefenso ante los hombres y era el Hijo del Padre eterno, el Príncipe que establecería la paz en el mundo.

Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP
En la foto superior:
Niño Jesús de San José el Parlero,
Monasterio de la Encarnación, Ávila (España).
Foto: Timothy Ring

 

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