«¿Quién es ésta que despunta como el alba, hermosa como la luna, refulgente como el sol, imponente como un batallón?» (Cant 6, 10).
El texto sagrado compara a la Santísima Virgen a un ejército en orden de combate. Nuestra Señora infunde terror a los poderes del mal, pues desenmascara sus artimañas, les roba para Dios las almas que ellos habían corrompido y revitaliza a los hijos de la luz para que resistan impertérritos las ofensivas del demonio y de sus secuaces.
Pero no sólo eso: ¡la Reina de los profetas se presenta también como inspiradora poderosísima de todas las invectivas, ataques y victorias del bien contra el imperio de las tinieblas! Y las batallas más hermosas comandadas por Ella aún están por comenzar…