«¡Es tan fácil esperarlo todo de mi Corazón!»

Yo soy el amor. Mi corazón no puede contener la llama que constantemente lo devora. Yo amo a las almas hasta tal punto que he dado la vida por ellas. Por su amor he querido quedarme prisionero en el sagrario. […]

El amor a las almas me impulsó a dejarles el sacramento de la Penitencia para perdonarlas, no una vez ni dos, sino cuantas veces necesiten recobrar la gracia. Allí las estoy esperando; allí deseo que vengan a lavarse de sus culpas no con agua, sino con mi propia sangre.

En el transcurso de los siglos, he revelado de diferentes modos mi amor a los hombres y el deseo que me consume de su salvación. Les he dado a conocer mi propio Corazón. Esta devoción ha sido como una luz que ha iluminado al mundo y hoy es el medio de que se valen para mover los corazones, la mayor parte de los que trabajan por extender mi Reino.

Ahora quiero algo más, sí, en retorno del amor que tengo a las almas, les pido que ellas me devuelvan amor; pero no es éste mi único deseo; quiero que crean en mi misericordia, que lo esperen todo de mi bondad, que no duden nunca de mi perdón. Soy Dios, pero Dios de amor. Soy Padre, pero Padre que ama con ternura, no con severidad. […]

Esto es lo que quiero explicar a las almas: Yo enseñaré a los pecadores que la misericordia de mi Corazón es inagotable; a las almas frías e indiferentes, que mi Corazón es fuego, y fuego que desea abrasarlas, porque las ama; a las almas piadosas y buenas, que mi Corazón es el camino para avanzar en la perfección y por él llegarán con seguridad al término de la bienaventuranza. Por último, a las almas que me están consagradas, a los sacerdotes, a los religiosos, a mis almas escogidas y preferidas, les pediré, una vez más, que me den su amor y no duden nunca del mío; pero, sobre todo, que me den su confianza y no duden de mi misericordia. ¡Es tan fácil esperarlo todo de mi Corazón!

SOR JOSEFA MENÉNDEZ.
«Un llamamiento al amor».
México: Patria, 1949, pp. 375-376.

 

2 COMENTARIOS

  1. Éste es el tiempo de la Misericordia,¡ Aprovechémoslo! por medio del Corazón Inmaculado de María lleguemos sin temor,sin hastío de nosotros mismos,sin notas de cargo, sólo con pequeñez y profundo arrepentimiento, deseando amar y ser Amados por el Corazón Divino de Jesús. Buscar el confesionario y creer que es ÉL quien nos espera y nos dice: » vete y no peques más,tus pecados están perdonados» porque a quien mucho se le perdona, mucho amor siente.Que Tú fuego nos consuma y consumiéndonos te amemos a Tí, único Dios verdadero

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