Amigo del Corazón de Jesús, Custodio de la Virgen

San Juan Evangelista era un alma eminentemente virgen, muy cercana a Nuestro Señor, devotísima de su Sagrado Corazón.

Más que un apóstol, fue un verdadero amigo del Hombre Dios. Por eso Nuestro Señor, antes de expirar en la cruz, le dejó a su discípulo predilecto un tesoro inapreciable: María Santísima.

Recibir a Nuestra Señora es recibir todo lo que Dios, después de darse a sí mismo, puede concederle al hombre. María Virgen fue dada por su virginal Hijo a su virginal amigo San Juan. En esta entrega vemos una manifestación extraordinaria del amor de Dios por las almas vírgenes. Y vemos también uno de los rutilantes rasgos de la grandeza del apóstol evangelista.

 

1 COMENTARIO

  1. Que Tesoro tan hermoso le dejo Nuestro SEÑOR JESUCRISTO a SAN JUAN su MADRE NUESTRA VIRGEN MARIA, como no amarla ELLA intercede ante NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Nuestros pedidos, muchas veces he sentido sus presencia, cómo no AMAR al ESPÍRITU SANTO Y a Nuestra MAMÁ y a todos sus discípulos «AMÉN»

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