Un mal universal

Mis queridísimas hijas en nuestro Señor. […] Habéis nacido precisamente para los tiempos en que vivimos; vuestra vocación es exactamente la lucha espiritual mediante las armas de la oración y de la inmolación, contra Satanás y contra la forma actual de sus embestidas. […]

Esta lucha […] ya no es como antaño, un ataque parcial contra algún punto del dogma y de la moral católica, […] o una revuelta accidental y local contra algún príncipe; en nuestros días, es un vasto movimiento general contrario a todos los dogmas religiosos, a todos los principios de la moral y a todas las bases de la sociedad religiosa y civil. Este mal es universal, se propaga por todos los pueblos del mundo, a pesar de las diferencias de clima, de raza, de gobierno, entrelazando las inteligencias en una vasta red de mentiras, expresadas con palabras seductoras. […]

Frente a la Iglesia de Jesucristo se alza, casi sin velos, envalentonada por las desgracias de los tiempos, la infernal Iglesia de Satanás, que, durante tanto tiempo, ha tramado sus conspiraciones en la sombra y ha cubierto con el más profundo secreto sus abominables errores, sus innobles misterios y sus odiosos designios. Persigue locamente la aniquilación de los derechos de Dios en este mundo, el derrocamiento de la Iglesia y de todas las bases del orden social cristiano, la exaltación de la supuesta perfección nativa del hombre, y su independencia de Dios, la destrucción de toda autoridad, el reino de la materia, del desorden y de la impiedad; la negación misma de Dios. […]

Y ese mal es lo que se ha convenido denominar, con tan diversas interpretaciones: la revolución social y religiosa.

ARNAUD, Henri.
«Le choix de l’Absolu. Mère Marie de
Jésus Deluil-Martiny». Marseille:
Henri Arnaud, 1990, pp. 105-110.