Poned los ojos en el Crucificado y haráseos todo poco. Si Su Majestad nos mostró el amor con tan espantables obras y tormentos, ¿cómo queréis contentarle con sólo palabras?
¿Sabéis qué es ser espirituales de veras? Hacerse esclavos de Dios, […] señalados con su hierro que es el de la cruz.