¿Sabías…

… que existen varias Iglesias Orientales católicas?

Unir Oriente y Occidente ha sido siempre un reto, y ni siquiera el impertérrito Alejandro Magno logró tan glorioso intento. La historia aprendió de él que conquistar territorios no significa estrechar pueblos… Sin embargo, esta inmensa hazaña fue realizada por la Iglesia Católica al reunir bajo un mismo techo los dos extremos del orbe.

En efecto, además de la gran Iglesia Latina, pertenecen a la única y verdadera Iglesia de Cristo las veintitrés Iglesias Orientales católicas, que se encuentran principalmente en Oriente Próximo y en la India.

Gozan de privilegios, otorgados por los sumos pontífices, que salvaguardan sus tradiciones pluriseculares. Se rigen por una jurisdicción propiasui iurisy un código de leyes común a todas, el Código de Cánones de las Iglesias Orientales. Sus ritos, por ejemplo en la celebración de la eucaristía, difieren de los de la Iglesia Latina. Los ornamentos litúrgicos y las insignias episcopales también son distintos: en algunos casos los obispos, en lugar de mitra, llevan una hermosa corona. Toda esta diversidad se cobija bajo la égida del dulce Cristo en la tierra, como expresión de riqueza, continuidad y comunión.

Las Iglesias Orientales católicas se distinguen de aquellas que, a partir de 1054, con ocasión del Gran Cisma de Constantinopla, se separaron de Roma y pasaron a formar parte de la autoproclamada Iglesia Ortodoxa. La filial sumisión de las primeras al romano pontífice demuestra así que la verdadera unidad «debe ser unidad en la fe» (León XIV. Discurso, 19/5/2025). ◊

 

… que San Antonio de Padua fue teniente coronel de Brasil?

San Antonio de Padua —o de Lisboa— nació en Portugal, de ascendencia noble, en 1195. Se hizo franciscano, murió en 1231 y fue canonizado al año siguiente, más de doscientos cincuenta años antes del descubrimiento de Brasil. ¿Cómo, entonces, el santo medieval pudo tener alguna relación con el Ejército brasileño?

San Antonio de Padua – Museo Cívico,
Vicenza (Italia)

En el siglo xvii, el rey Alfonso VI, ante la inminente batalla de Montes Claros, en Portugal, alistó simbólicamente a San Antonio en el Ejército portugués. En ese campo de batalla lucharon 22.600 españoles contra 20.500 portugueses. El nuevo soldado enseguida demostró la superioridad de la intervención celestial, reconquistando la independencia para la corona lusa.

Desde entonces, reclutado como soldado raso del 2.º Regimiento de Infantería de Lagos por orden de Alfonso VI, el fiel hijo de San Francisco pasó a formar parte de la milicia brasileña en 1685, con ocasión de la Guerra de los Palmares. Ya en 1711, mediante real cédula del 21 de marzo, el rey de Portugal lo nombró capitán de Brasil, por su ayuda en la lucha contra el corsario francés Duclerc.

Más tarde, en 1814, João VI le confirió al santo el grado de teniente coronel, con la debida remuneración de ochenta mil réis, transferida al convento franciscano de Río de Janeiro. Lamentablemente, el expresidente Hermes da Fonseca ordenó la suspensión de este salario…

Sea como fuere, a pesar de haber perdido su remuneración terrena, San Antonio —que ante todo era franciscano y, por tanto, hijo de la pobreza…— conservó lo más importante: la tarea de proteger a tan inmensa nación y el afecto del pueblo brasileño. ◊

 

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