Santa Elena encontró la verdadera cruz, un acontecimiento rodeado de milagros y dádivas especiales de Dios. Es el Santo Leño, del cual se distribuyeron reliquias para que fueran veneradas por los fieles del mundo entero.
¡Qué gloria para esta mujer haber sido, a un mismo tiempo, la madre del primer emperador cristiano y aquella que sacó de las entrañas de la tierra la verdadera cruz, con todos los beneficios espirituales derivados de este descubrimiento!
Matrona de espíritu elevado y de amplio horizonte, comprendía las cosas a partir de sus aspectos más sublimes y de mayor alcance, y a causa de tal envergadura espiritual, transformó un imperio y le entregó al mundo el regalo inmensamente grandioso de la verdadera cruz de Cristo.