La parroquia de Jesús Buen Pastor, ubicada en Ciudad Estructural (Distrito Federal, Brasil), ha sido desde su nacimiento fecunda en gracias para su pueblo sufriente, sacándolo a menudo de situaciones de gran vulnerabilidad y elevándolo a la categoría de hijos de Dios.
Para entender la profundidad de tales palabras, hay que remontarse a los orígenes de esa comunidad de Brasilia.
Génesis de Ciudad Estructural
Su formación se debió al agrupamiento de personas que vivían en condiciones de extrema pobreza a mediados de la década de 1960 en la zona próxima al vertedero (o relleno sanitario) del Distrito Federal, en esa época no regularizado y conocido prosaicamente como «basurero». Iban en busca de medios de subsistencia y establecieron allí precarias viviendas.
Incluso sin infraestructura, el conglomerado de chabolas adyacentes al lugar se expandió y adquirió un aire de urbanización. A finales de 1980 se creó el Sector Complementario de Industria y Abastecimiento (SCIA) del Distrito Federal y en 2004 ese asentamiento de cientos de casas se convirtió en su sede urbana, adoptando el nombre de la carretera que atraviesa la región por el sur, DF-095, o Vía Estructural.
Actualmente, tiene unos 45 000 habitantes, está en gran parte pavimentado y cuenta con una base económica sustentada en el comercio. Al antiguo «basurero» se le conoce hoy como vertedero controlado —el segundo más grande de Latinoamérica— y únicamente recibe residuos de construcción. Compuesto en su mayoría por habitantes jóvenes, ese gran barrio fue dividido en sectores, entre ellos el de Santa Lucía, el cual presenta la infraestructura más precaria y, por lo tanto, el que requiere más atención, como recordaba hace poco el papa León XIV: «Los pobres están en el centro de toda la acción pastoral».1
Un sueño hecho realidad
La Iglesia no podía permanecer insensible ante un pueblo necesitado, no sólo de medios materiales, sino sobre todo de auxilio espiritual
La Santa Iglesia, como madre extremosa, no podía permanecer insensible ante esta porción de población, necesitada no sólo de recursos materiales, sino, sobre todo, de auxilio espiritual. Al albergar el sueño de hacer algo más por esas ovejas de su rebaño, Mons. Sergio da Rocha —por entonces arzobispo metropolitano de Brasilia, hoy cardenal primado de Brasil— tomó la iniciativa de crear un área pastoral bajo la égida de Jesús Buen Pastor, en la zona más desfavorecida del territorio de la parroquia de Nuestra Señora del Encuentro con Dios, ya existente en Ciudad Estructural.
Más de diez años después, el 7 de abril de 2024, el cardenal Paulo Cezar Costa, actual arzobispo de Brasilia, como pastor solícito, amplió ese sueño: entre los aleluyas de la Pascua, esa área pastoral se transformaba en la nueva parroquia de Jesús Buen Pastor, confiada al cuidado de la Sociedad Clerical de Vida Apostólica Virgo Flos Carmeli, de los Heraldos del Evangelio.

El Domingo de la Misericordia, cerrando la octava pascual, en una solemne ceremonia concelebrada por el cardenal Raymundo Damasceno Assis y el obispo de Tocantinópolis, Mons. Carlos Henrique Silva Oliveira, además de numerosos sacerdotes, Mons. Paulo Cezar Costa nombró como primer párroco al P. Lourenço Isidoro Ferronatto, EP, y presentó a su vicario parroquial, el P. Stywart Andrey Almeida Durães, EP.
A pesar de no tener todavía una iglesia matriz edificada, ni casa propia, la parroquia de Jesús Buen Pastor surgía con metas y desafíos osados: abrazar las luchas y dificultades de su rebaño con valentía y entusiasmo.
Intensa acción pastoral y social
Desde el principio, la intensa acción pastoral formó parte de su rutina diaria. Habiendo asumido la presidencia de la Asociación Cristiana Santa Clara —entidad católica fundada en los inicios del área pastoral con el objetivo de desarrollar proyectos sociales y que opera en las dependencias de la capilla de Santa Lucía—, comenzó a prestar especial asistencia espiritual a la guardería vinculada a ella, que acoge a unos cien niños y que enfrenta todos los meses el desafío material de cubrir sus gastos de mantenimiento y actividades.
Esta asociación, en colaboración con la parroquia, también ayuda a unas cuatrocientas veinte familias con donaciones de ropa, medicinas y alimentos, y ofrece a la comunidad local atención médica, odontológica, psicológica, nutricional, jurídica, cultural y deportiva, con el apoyo de voluntarios, así como cursos de formación para jóvenes y adultos.
Además, la parroquia distribuye mensualmente un centenar de canastas básicas de alimentos —a veces más, cuando se recibe un donativo extraordinario, como en el caso de la «Campaña Sálvame Reina de Fátima», que ofreció ciento cincuenta canastas— para las familias en situación de vulnerabilidad; y la pastoral de la salud organiza un desayuno comunitario el tercer domingo de cada mes, servido después de la misa de las ocho, dedicada a los enfermos.
Una iniciativa sociocultural que tuvo muy buena repercusión en la comunidad fue el «Proyecto Música en Jesús Buen Pastor», a cargo de la sección femenina de los Heraldos del Evangelio, cuyo objetivo es despertar el gusto por la música y la cultura en niños y adolescentes. Su primera actuación se llevó a cabo en la cantata navideña realizada el Domingo Gaudete, dirigida por el P. Anderson Fernandes, EP, a la que asistió un numeroso público.
Otra obra social que se ha instituido en la parroquia es el «Proyecto Panadería Artesanal», una iniciativa de la segunda dama del país, María Lucía Alckmin. Un primer equipo participó en el curso de panificación en las dependencias de la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, convirtiéndose en formadores de nuevos grupos de la comunidad de Jesús Buen Pastor. Dos promociones han completado ya el curso en el territorio parroquial, brindándoseles a sus integrantes la oportunidad de incorporarse al mercado laboral, bien en panaderías o pastelerías, bien montando su pequeño negocio o incluso elaborando su propio pan en casa.
Frutos marcados por lo sobrenatural
Esas almas sencillas y sedientas de Dios, agradecidas por los beneficios recibidos y movidas por la gracia, se acercan más a la Iglesia
Pese a toda esa labor social, el párroco y sus colaboradores son muy conscientes de que «la pobreza más grave es no conocer a Dios»,2 como nos lo recuerda el sumo pontífice. Y ven con alegría que los frutos de su dedicado trabajo están marcados por efectos sobrenaturales: esas almas sencillas y sedientas de Dios, llenas de gratitud por los beneficios recibidos y movidas por la gracia, se acercan más a la Iglesia, participando con entusiasmo en la vida eclesial.
Confiando en el auxilio divino para la construcción de su iglesia principal, que sigue funcionando de forma algo precaria en una carpa, la parroquia ha ofrecido innumerables ocasiones para que los fieles participen en los sacramentos y la sagrada liturgia. Ya ha sido posible celebrar dos veces la festividad de su patrón, el Buen Pastor; realizar más de cien bautizos, numerosas primeras comuniones y dos ceremonias de confirmación, con una tercera programada para finales de este año; administrar la extremaunción a varios enfermos; y celebrar muchos funerales.
Más de una decena de ministros extraordinarios de la eucaristía recibieron su investidura en una ceremonia celebrada por el cardenal Paulo Cezar Costa en noviembre, y en diciembre, como regalo a la Inmaculada Concepción de María, fueron instituidos veintisiete monaguillos y cuatro acólitos para servir en el altar. También se celebraron concurridas procesiones en honor de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre, y de Nuestra Señora de Fátima, el 13 de mayo.
En octubre de 2024 y en marzo de este año, centenas de devotos se consagraron a la Santísima Virgen, según el método de San Luis María Grignion de Montfort, en celebraciones eucarísticas que contaron con la participación de incontables fieles de todo el Distrito Federal y estados vecinos. La adecuada preparación tuvo lugar a través del curso online impartido por el P. Ricardo José Basso, EP, en la Plataforma de Formación Católica Reconquista, de los Heraldos del Evangelio, o presencialmente en la propia comunidad.
Surgida en el Tiempo pascual, la parroquia pudo celebrar su primera Cuaresma y Semana Santa este año. Parecía oírse resonar la voz del divino Redentor: «Ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros» (Lc 22, 15). Hubo rezo del vía crucis por las calles, procesión del Domingo de Ramos y un concierto de la pasión interpretado por los Heraldos del Evangelio, así como todas las ceremonias propias del Triduo pascual: la Misa de la Cena del Señor y el lavatorio de pies, la celebración de la pasión el Viernes Santo y la vigilia pascual, que culminó con la alegría de la Resurrección y una alegre celebración de la Pascua con los niños.
Metas propuestas y alcanzadas
En su corto tiempo de existencia, la parroquia ha tenido la posibilidad de alcanzar tantas metas propuestas que las breves líneas de un artículo no permiten narrarlo todo, y mucho menos todos los detalles que revelan la suave mano de la Virgen guiando cada uno de sus pasos.
Además de lo que hemos contado, podemos añadir las visitas realizadas a los hogares de los feligreses, con la entronización del Sagrado Corazón de Jesús, bendición y consagración de la familia, así como la santa misa celebrada mensualmente en comercios de Ciudad del Automóvil —zona del Sector de Comercio y Servicios del Distrito Federal perteneciente a la parroquia—, con la presencia de su propietario, los empleados y vecinos.
Y sólo por citar algunos logros más conseguidos, en septiembre comenzó el rezo del Rosario de las Madres, que oran por sus hijos, y en enero pasado, el del Rosario de los Hombres, los viernes. También a principios de este año se llevó a cabo el VIII Encuentro de Matrimonios del Ágape, en la capilla de Santa Lucía, con la participación de veinticinco parejas; en abril, con la ayuda de la coordinadora compartida de la Vicaría Centro, se fundó el Apostolado de la Oración; y en mayo se realizó una peregrinación a las basílicas y casas de los Heraldos del Evangelio del estado de São Paulo, con la participación de sesenta peregrinos.
La Providencia ha bendecido el esfuerzo y la nueva parroquia se está convirtiendo cada día en un lugar de referencia para Ciudad Estructural
El párroco y su vicario no conocen el descanso, trabajando muy al estilo apostólico, pues a veces no encuentran «tiempo ni para comer» (Mc 6, 31). Esta actividad sería imposible sin el apoyo de varios heraldos del Evangelio que los ayudan constantemente impartiendo catequesis y cursos de formación, acogiendo a los fieles, enriqueciendo el canto litúrgico, acompañando las visitas a las residencias y asistiéndoles en todo lo que necesitan.
En efecto, la Providencia ha bendecido sus esfuerzos, y la nueva parroquia se está convirtiendo cada día en un lugar de referencia para Ciudad Estructural, donde su pueblo, humilde pero lleno de fe, sabe que siempre tiene a su disposición la palabra divina y un aliento del Cielo que da sentido a sus luchas y sufrimientos diarios. Allí, la Santa Iglesia le hace partícipe del honor de pertenecer a la familia divina, de ser llamado al banquete del Rey de reyes y Señor de señores, Jesucristo, el Buen Pastor. ◊
Notas
1 León XIV. Mensaje para la IX Jornada Mundial de los Pobres, n.º 5.
2 Idem, n.º 3.