Dios te salve, verdaderamente llena de gracia, pues eres más santa que los ángeles y más eminente que los arcángeles. Dios te salve, llena de gracia, porque eres más admirable que los tronos, más dominadora que las dominaciones y de mayor virtud que las virtudes. Dios te salve, llena de gracia, que eres superior a los principados y más sublime que las potestades. Dios te salve, llena de gracia, pues eres más hermosa que los querubines, y más augusta que los serafines. Dios te salve, llena de gracia, que eres más excelsa que el Cielo y más pura que el sol.
San Juan Damasceno