Habiendo vivido en tiempo de Constantino, San Silvestre fue el Papa a quien le cupo presidir la transformación resultante del hecho de que la Iglesia dejara de ser perseguida para ser reina, abandonar las catacumbas y empezar a ocupar palacios.

Fue el pontífice que acompañó el paso de la Iglesia hacia afuera de las catacumbas como un sol naciente. Bajo sus directrices e inspiración se inició la obra por la cual la Iglesia fue siendo rodeada de un lujo y un esplendor que reparaba los años de inmerecida miseria pasados en las catacumbas.

Plinio Corrêa de Oliveira

 

En la foto destacada: San Silvestre – Catedral de Notre Dame, París; al fondo, Basílica de San Juan de Letrán, Roma

 

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1 COMENTARIO

  1. Puede que fuese una señal el que San Silvestre era el Papa número 33. Puede que no. Pero lo que está claro es que se trata de un Papa que vive un momento muy especial en la historia de la Iglesia Católica. S.D.Plinio nos da una gran pista al situarle en tiempo de Constantino, primer emperador romano convertido al cristianismo y todo lo que supone esta conversión para la comunidad cristiana del momento: la Iglesia Católica sale de las catacumbas para vivir a la luz y así mismo situarse en el lugar que se merecía. Tal es así que al Obispo de Roma, representado en esos momentos por San Silvestre, se le regala el Palacio de Letrán, como residencia habitual en adelante, del Obispo de Roma. San Silvestre es un santo muy venerado también fuera de la Iglesia Católica.
    Mayte Huerta Heredero. Valencia. España.

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