Nunca en la historia ha habido abogado más hábil que Nuestro Señor Jesucristo. De entre las afirmaciones pronunciadas por el divino Maestro, algunas parecen...
«¡Mísera ciudad, gente ingrata! La justicia de Dios os castigará». «Me pareció entonces ver el mundo entero en desorden, particularmente la ciudad de Roma....